Foto tras foto,
algún vídeo corto,
paso los estados de otros "pensando"
Son vidas publicitarias
solo sonrisas plásticas, solo alegría operada,
cada vez que los miras parecen en eterno edén vacacional:
chicas en bikini con cuerpos de infarto,
personas rodeadas de gente como si de fama hicieran realce,
parejas obtusas fingiendo perfecta armonía, cuando ni siquiera se miran,
presos de un móvil, de una falsa vida,
esclavos del trabajo, del dinero, de conseguirlo para pagar, para gastar,
para fotografiar esa supuesta vida, esa publicidad,
eterno círculo vicioso de vanidad hipotecada
de likes inflamados, venenosos,
intoxicados.
La autoestima está en extinción,
es difícil que cohabite sin consecuencias un mundo publicitario,
porque, al fin y al cabo, la suma realidad está hecha de todo,
no solo del lado feliz, hay una extensa galería de matices,
que obviando o evitando no dejan de existir,
no darles visualización, ignorarlos en redes sociales,
no te convierte en esa publicidad que tanto te ha costado construir,
día a día, foto a foto,
vídeo a vídeo,
like a like,
inflando ese círculo vicioso de vanidad hipotecada,
nada cambia, salvo esa falsa continuidad,
esa vida de la mentira virtual,
monstruo de la era digital,
crece y crece,
recaba información de ti,
aprende, quiere encontrar hasta el más nimio detalle,
quiere que gastes, que indiques, que sigas,
que encuentres lo que "necesitas"
lo que "buscas"
Te MANIPULA
se alimenta de ti, te sorbe por completo
todo lo que eres,
lo que fuiste y lo que serás.