Algazara
Vórtices de luz decoran las paredes de mi alma,
estrellas perladas recorren mi espalda,
mientras fugazmente la alegría crece en seguida,
no para, no se detiene,
soy consciente,
sé que no es suficiente
¿Alguna vez lo ha sido?
Pero ¿Y qué?
¿Qué más da? Si lo soy ya.
Por fin mis alas se han propuesto volar,
y digo -¡Qué felicidad!-
Y todo lo demás ¿Qué más me da?
Todo queda atrás...
Pero sigue sin importar...
Porque es un no parar.
Tu Tormenta
¿Me recuerdas? Sí, yo, tempestad,
la que te hizo llorar,
la que te hizo rabiar,
la que te hizo perjurar,
la que te hizo clamar,
la que te hizo obviar,
la que te hizo cambiar,
la que te hizo empezar,
soy yo, el tornado que tambaleó tu seguridad,
yo, la arremolinada ira que te tumbó,
yo, la testigo de tu soledad,
yo,la secreta enredada que te creyó,
pero tú, sí, tú, fuiste quién conmigo cayó
y calló y calló y calló...
Hasta que el estruendo todo acabó,
cuando la distancia nos reasignó...
Tú a tu misma sodomía
Y yo a vivir mi alegría.
Sigue escribiendo y cuando te sientas segura,sólida, pásate a los microrrelatos.
ResponderEliminarEres la mejor,tienes talento,sigue tanteando,viendo lo que funciona,lo que te atrae o te atrapa,me siento como cuando Ingmar Bergman tenía que elogiar una y otra vez a sus actores en los ensayos. Cuando el joven Lars von Trier aprendía cine le dio un poco de vergüenza ajena tanto peloteo y apoyo,PERO DESPUÉS se dio cuenta de que era lo correcto. Aprehendió que los actores son gente frágil que necesitan apoyo porque lo dan todo,porque ahí esta su personalidad,lo más exquisito e íntimo,y que necesitan ese amor para lynchear a sus criaturas que acaban siendo los bombones cuyo envoltorio ha magnificado el propio GENIO DE BERGMANN
ResponderEliminarEs bueno debes escribir algo más propio de tu personalidad,ánimo. Por cierto,se escribe Bergman,el teclado es cutre y se resbala, y estoy entre dos cachorritas histéricas jaja.
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