
Lo ves ahí sentado, sonriendo, charlando con sus amigos, a dos, o tres mesas de ti, en la cafetería en la que trabajas, nunca te has atrevido a servir su mesa, pero cada vez que pasas a su lado tratas de escuchar de lo que hablan, de qué se ríen tan animadamente, sobre todo tratas averiguar más sobre él. Pasan los días y crees que es más y más fantástico, solo sabes que se llama Javier, que te encanta su sonrisa, sus ojos oscuros, la manera...