Son las leyendas de mi piel, las rayas negras y blancas, que cual zebra, me cruzan por completo, sin remedio, y que cuando estoy "desnuda" o indefensa los demás pueden ver. Son las que cuentan mis dolores más íntimos, mis cicatrices más profundas, mis alegrías más intensas, mis más secretas de amor recetas. Estas me recorren como las palabras de una novela, me adornan como las líneas en una composición pictórica. A veces solo algunos las contemplan y las entienden con la certeza gemela de poseerlas, las suyas tiemblan al sentirse reconocidas y nos saludamos con una pequeña sonrisa, asentimos y seguimos nuestros caminos ¿No es eso bonito? Después de eso las sientes como más ligeras, más amparadas en aquella piel pasajera, entonces te alegra ser blanca y negra, estar compuesta de luz y oscuridad, de error y acierto, de malas y buenas vivencias, de saberte entera y comprendida por seres semejantes a ti.
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