
Crepita la danzante llama de un lado al otro, figura femenina se alza en movimientos rojos y anaranjados, se le une otra figura masculina, se prenden altas las finas esquinas del fuego mientras se enfrentan, pasión desenfrenada en cada paso de baile semejante a un tango infernal dado al candente elemento que los origina a ambos, que los enlaza a la existencia. Diríase que aquellos seres flameantes dejaron un rastro magmático, unas huellas hirvientes,...