Aristas fungidas eso es lo que realmente sois
niños malos que marginan
tranquilos que me alejaré con gusto
con la congoja bien sujeta a la espalda, escondida en la mochila...
Nunca fui lo suficientemente buena para los poeticios nacientes
ni invitada a su gran estrecho círculo de pitiminís
y solamente ha sido mi libreta mi mejor amiga,
la que soporta las lágrimas y sonrisas de tinta.
Los arrebatos extraños de una silente señorita,
una tímida chica que siempre quiso ser querida,
sin embargo se acostumbró a vivir y ser una isla.
A veces va de visita, surca los mares de la educada hipocresía,
descubre breves estancias de pacífica conectividad humana...
Otras tantas habita la soledumbre de sus páginas escritas.
Muchachita, Larissa, te dulcifica el pseudónimo,
te posee tu otro nombre, que en tu secreta poeta te convierte.
Sueña, pequeña, que no te incumba la poethambre competitiva de los nihicientes.
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