31/07/16

El deseo de una noche de San Juan (II)

Profundamente dormida sonreía y en su pecho sentía la calidez de ese deseo que había sido impulsivo y que la hacía tan feliz, anhelaba más que nada en el mundo tener a una figura protectora y amable que la escuchara y la quisiera por como era, no por lo poco o nada que tenía, ella simplemente buscaba el apoyo de alguien para seguir viviendo en un mundo donde había poco que no se pudiese comprar.
A la mañana siguiente se vistió fugazmente y desayunó casi nada, corrió y corrió por las calles hasta alcanzar el parque y su querida estatua misteriosa. Qué inmensa fue su sorpresa cuando se encontró con una estatua totalmente diferente, como si aquella que ella esperaba encontrar nunca hubiese estado ahí...
Y de repente:
-¿Buscabas a alguien en particular? - sonreía un rostro grisáceo y encapuchado con una sudadera.
-¿Eres...?- se tapaba la boca con asombro y un destello de infinita felicidad.
Ambos se fundieron en un abrazo.
-Te he adoptado esta misma mañana, ya no estarás sola nunca más.

Fin

0 Comments:

Publicar un comentario