Un nuevo año me abre sus puertas y la faceta que más ilusión me hace es la amplia apertura de posibilidades en torno al amor, al ser querida y querer, porque todo lo demás gira al compás de su armonioso son.
Porque el sentido de la vida sin amor, es como tu plato favorito sin sabor, sin su esencia primigenia. Cierto es que peco de ilusa, de idealista, de amar ideas que bien afirmaría Platón que vienen de su propio y particular mundo. El mundo de las descabelladas Ideas de esta joven embelesada en la Luna de Valencia, con un simpar felino, de ojos intensos y unos tentadores bigotes, de sonrisa secreta y lengua experta en la ironía que a esta pone de buen humor.
¿Qué es la vida sino amor? Amor por lo que haces, amor por quienes te inspiran, amor por uno mismo, amor por la vida en sí ¿Quién sería feliz en un mundo sin aspiraciones o motivaciones?
Brindemos por lo imposible, por los sueños que hoy tienen las puertas abiertas, por las palabras no natas que llenarán con ternura los días de este nuevo comienzo que es 2019. Vive, sí, pero sueña, duplica tu vivir en este plano existir.
Incierta dando pasos de recién llegada también me asusta la incertidumbre de estos primeros días del año, debido a la ancestral creencia en el destino ¿Qué me traerán los elementos que se escapan a mi control y mis posibilidades por cambiarlo? Optimismo, es el consejo.
En estas mis palabras, entre los espacios en blanco hay un ligero recado, que implica la propia creación del cambio. Ábramonos al cambio de nosotros mismos, a la renovación del ser, porque no es lo mismo cotidiano que monótono, no es lo mismo atravesar un obstáculo que quedarse estancado.
Lo principal radica en fomentar este distinto devenir, en no volver a cercarnos en los mismos fracasos con idénticos enfoques y por lo tanto en idénticos resultados. Desautomatiza tu percepción y no serás tú el extraño, la realidad habrá mudado.
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