Gatyscúo

Depreda en solitario, parece lobo,
sin embargo solo es un carroñero
se alimenta de inseguridades ajenas y propias,
une su suerte con posibilidades.

Agita el mazo desesperado,
sentencia a vista con el diablo
a cualquier hada descuidada...

Les agrieta sus alas y les nace cornamenta uraña,
quedan corruptas, impuras, insulsas,
al recuperar la conciencia, se encuentran carentes de decencia,
trasmutadas en criaturas extrañas.

El hechizo empleado por el malogrado buitre
las ata con fuerza a los instintos más primitivos
vulnerabiliza a las bellas hadas
que caen en el abismo de palabrería,
zalamera, melosa e hipócrita,
con la que hipnotiza,
con la que inutiliza la razón,
y son esclavas de su cuerpo.

Haditas y hadoncias que por el mundo vagan, áun, libres,
si van a arriesgar, a su juego entrar, no sean corrompidas, corrompan,
que si quiere el buitre buitrear, mejor que las hadas hadeen,
transformen oscuro y lascivo carbón,
en diamante llorón, en mejor ente,
que prosiga hadeando, no trastocando hadas en súcubos decadentes,
que lastimeras lloran en la soledad de su cuarto,
la sucia piel que tendrán que habitar.

Y mientras, el muy...Abelardo,
sin emoción, ni sentimiento, ni pena, ni dicha, en indiferencia,
vaya destrozando de cinco en cinco Eloísas.
¡No!
Mejor que se equilibre el mundo,
que una de tantas Eloísas,
venga y le dé de su propia medicina.

Imagen del "Diccionario infernal" de Jaques Auguste Simon Collin de Plancy e ilustrado por Louis Le Breton
(para saber más culturainquieta.com)