14/03/20

Histeria Apocalíptica

Vivimos días en los que es posible percatarse de cómo la histeria y la irracionalidad puede convertir a personas en seres que se mueven por puro impulso, seres, que si se me permite, se hallan fuera de sí, casi que por todas partes se les asemeja con zombies y el creciente humor internáutico tacha su comportamiento de apocalíptico.



Es extraño, en estos momentos el mundo se antoja una confusa algarabía en cuyo ápice de la lengua colectiva gobierna el COVID-19, allá por dónde vayas, resulta invasiva la enorme ola de información que se ha transmitido con ese nombre.

Por otra parte, esta crisis mundial ha logrado despertar la verdad que hace mucho tiempo rige este planeta, somos muchas personas, tantas que la cuarentena muestra imágenes de lugares completamente vacíos cuando suelen estar repletos.

Lo que me lleva a reflexionar sobre la compleja labor que es educar a miles de niños para un mundo mejor cuando ha de primar una convivencia sana con tantas personas. Sin embargo hoy en día es palpable la creciente ausencia de valores que se sustituyen por un móvil a temprana edad. Hay demasiados canales por los que absorber información y en muchos casos son informaciones triviales e irrelevantes, aquellas que realmente importan solo están al alcance de aquellos que tienen una fuerza de voluntad suficiente para dejar de lado superficialismos y centrarse, ser selectivo y contrastar.

Aunque también es cierto que el despliegue tecnológico-digital ha sido y es un arma de doble filo, porque nos permite una interconexión y ciertas herramientas muy útiles, pero causa una adicción severa, en ocasiones nos limita como seres sociales que somos y resulta mucho más sencillo falsificar cualquier documento.

Me atrevería a decir que en la actualidad la sociedad vive otro tipo de analfabetización, una en la que consumimos bulos, un entretenimiento que nos distrae de todo lo demás y el sistema comercial se ha vuelto intrusivo con la publicidad por muchos permisos que te pidan y postureo que quieran, a cualquier persona mosquea la aparición de anuncios "relevantes" porque hace un momento hablabas con alguien sobre ello, o porque consultan tu historial.

Aunque quiero pensar que los consumidores también evolucionamos y que por mucho intrusismo que realicen nos hemos creado nuestra propia defensa, podrán poner ventanas emergentes, parpadeantes, con colores fulgurantes, con mensajes atractivos, pero al fin y al cabo nosotros siempre podremos ignorar, decidir desdeñar todas las marcas del mundo y vivir al margen de ese consumismo extremo.

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