07/12/19

¿Qué es la vida?

La vida es "ser", existir, y en ese verbo conjugar un intento de equilibrio de comodidades y patrañas con las que establecemos una supuesta convivencia con la sociedad. Hay demasiadas necesidades vacías, se vende ceguera y tranquilidad a un precio que jamás terminarás de pagar, se suplanta la salud humana por llenar esos agujeros que crecen cada vez más y más en nuestras almas.

Compra esto, compra aquello, siéntate en tu casa vacía a comprobar tus redes sociales mientras se consume tu vida sin hacer nada más que rellenar falsas necesidades, mientras tanto, afuera habrá gente conociéndose, riendo, compartiendo momentos, apoyándose. 

La vida no consiste solo en tener y ambicionar, va más allá, tiene que ver con preocuparse por ser, por vivir experiencias, dejar de lado pamplinas competitivas y centrarse en lo primordial, porque si no acabas fundiéndote a ti mismo para acabar dándote cuenta que no era necesario, que podrías haber disfrutado más de ti mismo, de las pequeñas cosas que te rodean y te hacen feliz, porque, dejando de lado creencias religiosas, se supone que solo tenemos una oportunidad para vivir, luego ya depende de las circunstancias la duración de cada uno en esta existencia.

Es triste comprobar como te acostumbras a la rutina y olvidas "vivir" y solo te dejas pasar los días, te intentas tranquilizar llenando vacíos con "ocio", como a veces nos negamos a entender que los únicos que podemos hacer  y deshacer en nuestra vida somos nosotros, nuestras decisiones,  nuestra capacidad para solucionar nuestros "supuestos obstáculos". Decir que no, poner excusas, hablar de cansancio o pereza, son mentiras para nosotros mismos, para no salir de la zona de confort. 

Sin motivación, ni esperanzas, continuar se hace mucho más pesado y entras en una especie de espiral de hastío, por lo que hay que tratar de "ser" sujetos a una luz brillante llamada ilusión. Habrán muchos que traten de apagar tu luz porque les parece más fácil apagar la de otros que volver a encender la propia, porque creen que compartiendo ese apagón será menos duro, y se equivocan solo lo extienden y perjudican.

Nadie dijo que sería fácil, pero también tiene sus puntos maravillosos, aunque sea una de cal y otra de arena hay que seguir hacia delante, hay que dejar atrás los miedos, hay que tratar de olvidar y reemplazar los malos tragos por otros mejores, hay que aceptar muchas cosas, soltar muchas otras.

Pero lo más importante es sentir, experimentar, conocer, aprender, escuchar,  expresarse, entenderse, no comprar, vender, cobrar, ganar, perder, ni conseguir más likes, ni ser el más famoso del planeta.

Al final todos somos idiotas pertenecientes a la especie humana, si todos nos concentraramos más en lo que realmente importa, el mundo sería mucho mejor, pero solo nos gustan los caminos fáciles, los que aparentan ser mejor, o supuestamente  más beneficiosos.



18/09/19

Letras y Ciencias, humanidad, en eterna discusión

Desgraciadas las almas condenadas a vivir en un mundo excesivamente llano, sin los matices que hallan los seres dispersos, abstraídos de la mundana realidad, más allá del pragmatismo que posee la existencia normal.

Hartos de que nos llamen "letrasados" o simplemente de que nos pregunten "¿Para qué sirve la Filología?", hoy quisiera requerir un minuto de silencio por todos aquellos que sufren en silencio su creciente frustración por haber tenido que estudiar aquello que les desagradó, por el supuesto hecho de que "la ciencia" es la meta final de las metas, de conseguir un dinero putrefacto que jamás tuvo valor real más allá del que un sistema le otorgó, por unas ambiciones desmedidas, sin fronteras, fuera de los límites del bienestar medio y muy por encima en la escala de burdas comodidades; de ahí los infatiles, poco originales y desgastados intentos de ridiculizar a los que han estudiado letras por verdadero placer y vocación, rozando  lo patético cuando etiquetan visualemente a los de humanidades como indigentes frente a los ricachones científicos.

No se equivoquen, son esclavos con cadenas invisibles que los ata fuertemente a sus dueños, herederos de ese capital que tanto presumen, de aquellos que mueven los hilos en la distancia; nosotros al menos habitamos nuestros múltiples espacios, acogidos entre el espacio de las palabras, allí donde florece nuestro criterio, nuestro libre albedrío en la decisión, sin esa imprudente y exclusiva necesidad de un final dirigido al éxito monetario, que, por otro lado, también obtenemos según ellos con menos esfuerzo, con la diferencia de que nosotros lo hacemos disfrutando (ya sea escribiendo libros, guiones, noticias, publicidad, corrigiendo faltas de ortografía, etc.), nosotros también vivimos en ese sistema que le da fuerza y poder a trozos de papel y aún así vivimos en un estado de felicidad imposible de arrebatar, que radica en una evasión que se nutre de los mundos que poseemos, de nuestra elevada capacidad psíquica de concentrarnos, de viajar en el conocimiento, dadnos un manual y tendréis aquello que queráis.

Sin el testimonio de la palabra escrita, sin esa capacidad de comunicación, jamás hubiesen existido avances posibles en vuestra amada ciencia, sin contar claro la tradición oral, que podría haber funcionado, sin embargo siendo todo mucho más rudimentario y lento el proceso de avance. Nosotros nos comunicamos hábilmente, lo que en cierto aspecto denota agilidad de pensamiento.

¿Qué es eso que endiosa a los de ciencias? ¿Lo que les excusa llevar semejante complejo de superioridad? Nada, porque no debería existir por ninguna de las partes, ambos somos seres humanos, mortales que básicamente han escogido acotar su campo de curiosidad debido a la organización del sistema educativo. Ambas partes han de ser lo suficiente inteligentes para saber que el conociemiento se complementa genial, que tenemos exuberantes fuentes para suplir la ausencia del uno o del otro.
No obstante, esa nada, la solemos confundir con el hecho de que, actualemente, en nuestra sociedad tecnócrata hay una alta demanda de ingenieros de varias clases y son importantes aquellos pertenecientes a la rama de la medicina para prolongar nuestra esperanza de vida.

A pesar de eso reitero el valor de las letras en una sociedad en la que aumenta cada vez más la pérdida de criterio, esa en la que nos alimentamos de ingente contenido a diestro y sieniestro, consumiendo falacias y publicidad que nos insta a comprar sin rechistar, en un mundo en el que se ha vuelto más importante la ingienería que la filosofía, donde temo en el que será fácil olvidar el sentir humano inherente a "ser" y comprometerse a los cometidos fríos y calculados de la tecnología, de encerrarnos en casa y dejar la vida pasar frente a pantallas, de ignorar nuestra sociabilidad física, cara a cara y servirnos de falsas imágenes, tal como escenificaba Platón con el mito de la caverna, será el fuego y sus sombras las que nos domine, mientras fuera esté la realidad solo encomendada a los valientes sabios que hayan podido abrirse camino a la superficie, dejando atrás falsas convicciones y rompiendo los hilos que nos hacían títeres.


20/07/19

Tú, yo y un número inefable


Escribo con ahínco lo que llevo por dentro, palabra a palabra mi energía se desgasta, esa magia se marcha. Acuden los miedos que habitan en la ausencia, entre los silencios, y entonces, aparece "la nada" que no deja de golpear con sus nudillos la puerta de eso que tanto de ti deseo.

¿Acaso no estás al otro lado de mi pensamiento? ¿Solo soy yo el coronado con la absurda idea de llegar a querernos? Pasan los días y sigo sin saber qué es esto, no es que quisiera una etiqueta, solo una hermosa certeza, un sonoro sí, de esos que calan hasta los huesos. Mas si prefieres una negativa, dámela, no me permitas perder ni un solo segundo más contigo en mi cabeza, puedo ir acomodándote la salida, la más rápida. Hay una extensa fila de interesados en ocupar tu lugar.

Dilema este es: caminar sin dejar de mirar al suelo, porque tienes miedo de lo que haya delante, porque quisieras tener alguien con quien charlar y disfrutar el camino, sin que ello signifique dramatizar.

¿A qué esperas? A un imposible, a una persona agradable, sincera, que conforte un corazón herido, que valore unas sonrisas compartidas, alguien en el que confiar y deposite en mí sus confidencias, alguien afectuoso, pero lo suficientemente independiente como para respetar ambas libertades, también sabio para ampliar mis fronteras de conocimiento y abierto de mente para que yo amplie las suyas, alguien con el que poder compartir gustos e ideas que nos permita hablar durante horas sin caer en el tedio. Pero sobre todo alguien que me quisiera de verdad.

¡Qué abrumador! Tantos intentos, todos fallidos, me indican simplemente que deje de esperar a ese imposible, que siga todo recto como individuo, que no está mal encontrar nuevas motivaciones, que aunque no funcionen, fueron efímeramente disfrutadas, que muchas otras vendrán y que esos matices de intensidad de falsa eternidad nunca llegarán, porque todo tiene fecha de caducidad.

Amar en mayúsculas ya no es posible, hoy se volvió normal actuar con frialdad a través de internet, conocerse en persona está en extinción, es más sencillo dejar en visto, bloquear o ignorar cuando ya has perdido el interés. Llegará el momento en el que sea más fácil programar un robot y vivir una relación fingida, una voz artificial que te diga "te amo" y falsos abrazos.

De quimera en quimera ha sido mi trayecto, no existe humano perfecto, eso sé que es cierto, mas cuánto ser extremadamente horrendo desde afuera hasta dentro he de conocer para que renazca esa bonita alegría que a veces me produce nostalgia de ti, amor.

Vivo con un nivel más que aceptable de paz, sin embargo se resiste un alocado remolino que ruge pidiendo aventura, esa que es una necesidad inexplicable de amar y ser amado, de que tiemble el mundo entre los labios del que a ti se ha entregado... En esa entrega hay tanto que nadie se ha parado a contarlo, cifra a cifra, sería un número inefable.




15/06/19

El íncubo Zashael

ZASHAEL

Cuenta la leyenda que por las noches se le aparece a las jóvenes un íncubo, ser de la oscuridad, creado con el único fin de tentar y seducir, de corromper, de atraer a las féminas al ardiente caos infernal. Muchas han vendido sus almas a cambio de estar con Zashael algunas horas de su eterna estancia infernal, incluso aunque el demonio se alimente de su energía vital.

En esta ocasión Zashael tiene fijada su próxima presa, Adaya. Lleva varios días acercándose a ella, disfrazado de humano, fingiendo ser distintos desconocidos por la calle. Un chico rubio que sale del gimnasio, un elegante ejecutivo que la ha degustado con la mirada, un joven de ojos azules que finge estar distraído con su móvil sentado a su lado en el autobus. Poco a poco ha conseguido que su energía quede grabada en su subconsciente, ya tiene abierta la puerta de sus sueños.

Empezó a adentrarse en su cabeza mientras dormía, primero sugestivamente, repitiendo su nombre para que, más adelante, fuese capaz de invocarlo. Le susurraba "Zashael, zashael, zashaeeel" a la vez que dejaba entrever sus labios. Luego jugaba con las sensaciones que producía en su cuerpo, él también se divertía mucho, habían ciertas reglas con respecto a liberar sus ansias demoníacas, si fuese por él la enloquecería a niveles insospechables, pero solo debía lograr que su cuerpo rogase por más "entretenimiento". En estos juegos no se dejaba ver solo provocaba sensaciones intensas en ella como ente invisible. Por último nunca olvidaba susurrar las instrucciones para conseguir más, repetir su nombre tres veces frente a un espejo.

Adaya en un primer momento estaba asustada, no obstante a medida que se iban sucediendo los distintos sueños intensísimos, daba de lado al miedo y abrazaba esa profunda ráfaga de sensaciones que se adueñaba de ella. Día a día deseaba fervientemente la llegada de la noche pero cada vez más aquellos sueños se le hacían migajas. Entonces las dudas en realizar la tal invocación parecían disiparse, pero cuando despertaba una pequeña luz de raciocinio la disuadía, tal vez fuese prudencia, o los restos del miedo que creía haber dejado atrás.

Zashael solía ser paciente con las díficiles, pero a veces se enfurecía, porque aunque fuese un íncubo de los mejores, también tenía orgullo y las demasiado duras de roer, las que se lo pensaban tanto, que eran pocas, le sacaba de sus casillas. Así que decidió ir en contra de su modus operandi y se le apareció aquella noche sin ser invocado.

-Buenas noches, Adaya, encantado de conocerte oficialmente - sonreía detrás de ella en el reflejo de su espejo entre las tinieblas de su habitación.
-No te he invocado...- decía insegura y tratando de averiguar si soñaba.

Se giró y él no estaba tras de sí, solo en el espejo.

-Por eso no salgo a saludar, no, a menos que me invites claro.

Zashael sonreía maliciosamente, tomaba asiento en su cama en la imagen reflejada y la invitaba con el gesto de acariciar la cama.

-¿No vienes?
-¿Qué quieres de mí?- lo miraba directamente a los ojos a través del espejo.
-Solo quisiera acompañarte un rato, solo si me invocas de verdad podría salir de aquí... Y divertirnos ¿No te gustaría, Adaya?

Se mordió el labio, no era fácil mantener la prudencia mientras veía al provocativo Zashael tumbado en su cama, diferenciándose de un humano común por sus vistosos cuernecillos, sus alas plegadas a su musculosa espalda y su traviesa cola dando vueltas tras de él, sus ojos brillantes y su cuerpo de escándalo. 

Tenía miedo, pero era mayor su curiosidad y el potente recuerdo de las noches pasadas, así que abrazándose a sí misma y con los ojos cerrados dijo muy bajito:

-Zashael, zashael, zashael.

El íncubo satisfecho se abalanzó sobre Adaya.

CONTINUARÁ...

18/04/19

Desvaríos



Has provocado un movimiento sísmico en la escala irracional de mi enajenación, hoy me vuelvo a creer mis fantasías, esas en las que ambos fluíamos en este incontrolable bulllir de emociones, en las que en un armónico ir y venir, nos complementábamos.

Te vi, toda yo dejé de actuar con normalidad, nada me pertenecía todo quedó en manos de un agridulce desconcierto. ¡Cuánta majadería suelta esta petimetra amorosa! Siempre quiere ir a la última moda en quejidos y adoraciones amatorias.

Boba, más que tonta, si sabes que la ecuación  de uno y uno es igual a amor, sabes de sobra que no pertenece a la geometría romántica añadir triángulos con descaro. Tres no es cifra equilibrada y rompe almas, las deja agrietadas. Olvida, renuncia, maldita alegría, malditos los corazoncitos que brotan sobre mi cabeza...

Si este casual encuentro mueve mis cimientos ¿Qué sentido ha de tener? Él, ausente de mí , asoma ligeramente su existencia  y caigo rendida en los edenes quiméricos que crea y recrea la mente corazonada.


29/03/19

El recuerdo ignominioso del Passer domesticus

Cuando este pequeño gorrión desvalido se acurrucó en tus manos, delgadas, elegantes, cálidas, reconfortantes. Cuando se fió de ti, cuando se creyó en la potestad de abrazar esa protección, te burlaste de esa ingenua capacidad de creer en un desconocido, de imaginar que habita un mínimo de bondad en el corazón de cada ser humano. Tal vez, sí, tal vez tenías razón.

Mas el gorrioncillo tampoco se equivocó del todo cuando se acercó a ti, retrocedió con un par de saltitos cuando querías sostenerlo, giró su cabecita un par de veces y lentamente fue tomando confianza, fue acomodándose en la palma de tus manos.  Tenías prisa y no sabías muy bien qué hacer con aquella diminuta criatura, frágil y bella. Decidiste que un ave así no te concernía más que en su contemplación ligera y pasajera.

Cuán vacío se quedó el gorrión allí solo, en la rama más baja del primer árbol que encontraste. Cuán estrepitoso fue el aguijón de la incomprensión en la que quedó ensartado, su intuición no le fallaba normalmente con las personas y sin embargo tú, le desconcertaste. No sabe qué tipo de persona eres ¿Distante y frío? ¿Manipulador? ¿O asustadizo? ¿Ser independiente? ¿O insesible y egoísta?

El gorrión no te entiende, no se explica cómo pudiste parar en tu caminar y acudir en su ayuda, cuando, si realmente, eres un vil y egocéntrico, no deberías haberlo hecho. Pero tampoco comprende si en realidad tras tu bondad no querías entablar una estrecha relación de amistad.

¿Por qué? Porque este gorrioncillo pensaba que te preocupabas por él y que le permitirías corresponder ese afectuoso impulso, que le permitirías regar ese cariño, cuidarlo y verlo florecer en tu sonrisa más aunténtica.

A veces este gorrión, vigorizado y fuerte, totalmente recuperado,  echa la vista atrás y recuerda ese leve espacio armónico que compartió contigo y de repente lo acompaña una extraña y cercana presencia, un leve aliento de fuerza que se acurruca en lo más profundo de su esencia.

Es entonces cuando un sofocante deseo lo trastorna, es el anhelo de regresar a un hogar con tu nombre, una puerta que le dejase adueñarse del afecto que lo revitalice de nuevo,  ese que en su momento lo colmó de una paz interna, de un sosegado beso en los cielos del Edén secreto, ese en el que solo vuela cuando te recuerda.



Te travistes en su memoria.

Eres tal que la quietud del río de su infancia, en el que recordaba dibujar con sus alas sus aspiraciones, sus quimeras de criatura impulsiva e insensata, sin límites, sin barreras, sin miedo a nada.

Eres tal que el danzante follaje en el que se mece su melancolía, melancolía cimentada en el insopechado ciclo temporal que te sitúa en medio de un final sin contar.

Eres tal que la sombra que añora en el sofocante mes de Agosto, esa brisa leve que le aparta las dudas termo ambientales de su veraniega supervivencia.

No obstante nada de esto, nada, es verídico... Patético gorrión, vive la feliz ignominia de sus fantasías, de sus imaginarias expectativas, en realidad fuiste y serás decepcionantemente normal, simple, sin esa chispa mágica de cariño o preocupación por él.

Este gorrión, conocido también como passer domesticus, fui yo.

18/02/19

Una noche del 14 de febrero


Es inevitable, mis debilidades como humana me delatan...

La apasionada y famélica tentación de devorarte, lentamente, mediante unos mullidos y aterciopelados labios.

Labios que susurrándote desean forjar 
en tu piel la inflamable suavidad de mis erógenos besos en tu cuello, mientras que simultáneamente me inunda el irrefrenablemente delicioso aroma de tu perfume. 

Tengo hambre, tengo hambre de ti.

Quisiera que el roce de nuestras pieles nos colapsase.

Pero sobre todo quisiera volverme hacia ti, salvaje, indómita, fiera ama de tus llaves, esas que mantienen a buen recaudo tu vulnerable fuego, la hoguera en la que crepitan de ti todos los secretos que según dicen te harían excesivamente manipulable. Sin embargo confiando en mis certeras manos no cometerías error alguno, ni te surcaría cicatriz de arrepentimiento.

01/02/19

¿Qué significa ser humano en el siglo XXI?

Quisiera reflexionar desde la oposición de ser una máquina, fría, una herramienta, útil, productiva y ser un humano, lleno de pasiones, de aspiraciones y deseos conectados a intuiciones y concepciones de la realidad. De la oposición estricta entre ciencia (siempre con la búsqueda de la utilidad) y las artes y humanidades (estrechamente ligada a nuestra esencia de ser)

¿Cómo pretenden crear una sociedad en la que no existan personas creativas? ¿Que piensen de manera diferente, fuera de los parámetros establecidos? ¿Cuándo decidimos que era más importante tener que ser? ¿La comodidad frente a la realización? 

Estamos enfermos, enclaustrados en la ignorancia, porque el sistema nos cuadricula, cuando antes podías ver por la calle gente inclasificable, que cultivaba su humanidad, su yo, fuera de estereotipos, excepcionales. Hoy la comodidad nos ha convertido en un ganado sencillo de manipular. Pocos aquellos que provienen de generaciones más despiertas, como podrían ser los sesenta, encuentran las fuerzas para provocar el cambio, para alzarse y guiarnos a la luz de la verdad, de una que nos mantenga vivos, como seres dignos, no como zombies, arrastrándonos por el mundo con el móvil en la mano... Siempre dicen que es hora de pasar ese metafórico testigo a los jóvenes ¿Cuáles? ¿Los que están absorbidos por el entretenimiento vacío de Internet? ¿Los que no tienen criterio para descubrir las injusticias? ¿Los que siguen a un influencer cualquiera? ¿Los que quieren ser youtubers de mayor?

Nunca hemos estado tan cerca de este tipo de ciencia ficción, que de algún modo tratan de concienciarnos
Por otro lado estamos viviendo en un estado de constante desinformación por el innumerable y descontrolado flujo de datos, desde los bulos hasta las supuestas bromas que falsifican información, que cualquiera podría creerse al no contrastar nada.

Si no se invierte en la educación, en el por qué es importante tener valores, llegaremos a encontrarnos en una sociedad en la que el respeto no signifique nada. En la que no exista la ética, en la que se empeñen en la ambición de tener más y más, sin importar la vida que puedas dañar. 

Así actualmente, seguimos sin hacer mucho, cuando los empresarios sin escrúpulos y por vender más, provocan guerras por conseguir el mineral necesario para crear móviles de último modelo, o por mayor comodidad se crean carreteras, destrozando el verdadero patrimonio de la humanidad, ese que nos revitaliza por dentro: el contacto con la naturaleza.




El estrés urbano y diario, nos acabará matando, si no nos paramos a ver una puesta de sol, a desconectar rodeados de vegetación, al escuchar el canto de los pájaros...Todo esto también nos lo vamos a cargar ¿Por qué? Porque preferimos vivir cómodos que en consonancia con el mundo, porque poseer dinero y poder (juegos imaginarios de adultos y su confort psíquico) es mejor que vivir en el mundo real, en el que viven las tribus amazónicas, supuestamente subdesarrolladas. Nos hemos convertido en unos débiles, no sobreviviríamos ni un día en la realidad que por ejemplo deben afrontar los animales, que a diferencia de nosotros, solo dependen del entorno...

También wall-e profetiza de algún modo el estado en el que dejaremos la Tierra


14/01/19

Por el miedo a equivocarse

El sin sentido del amor <- Entrada anterior 

Por el miedo a equivocarse 
Iba a declararse, estaba a doce pasos de ella. Pero justo cuando le quedaban seis pasos vio acercarse a ella otro chico. Era Jaime, un amigo en común con el que salían a veces. Desde la corta distancia, con su oso de peluche tras la espalda, contempló cómo él se había adelantado, incluso robándole el nostálgico regalo. Corroboró su insignificancia, aún más, cuando ella lo aceptó emocionada y feliz, cuando le abrazó y aceptó los sentimientos que este le había expresado abiertamente.



Damián, por su parte, roto, sostuvo entre sus manos su desplazado panda, símbolo de su amor ignorado, lo miró entristecido y se marchó de allí. A pesar de todo él deseaba su felicidad y aunque le partiese en dos no ser él quién se la brindara, el haber sido testigo de su alegría, le colmaba al menos de una especie de alivio estúpido.

Desde entonces la mera presencia de Grisela le suponía una doble tortura, la angustia de no significar lo mismo que él sentía por ella y no ser más que un vulgar amigo con el que hablar sobre su amorosa vida con Jaime.

-¿Qué te pasa Damián? ¿Por qué me estás rehuyendo?- le interceptó a la salida de clase.
- No es de tu incumbencia,  ya no...- estuvo a punto de irse, mas se dio la vuelta-  Grisela, ya no puedo seguir siendo tu amigo, porque... siempre te he querido. Y sé que estás con Jaime...
-¡Damián! ¡Espera! - corrió tras de él -¡Damián!

Se quedó sin aliento, lo había perdido de vista. Le dolía la cabeza, por más que intentase asimilarlo solo la confusión la desbordaba ¿Qué se supone que haría ahora? Aceptó la declaración de Jaime para no darle más vueltas a sus celos imaginarios por una supuesta chica nueva en la vida de Damián, pero estaba claro que había sido una completa idiota. Una idiota que no quiso reconocer lo que sentía, no solo por miedo, sino por orgullo ¿Y si no soy yo, podríamos seguir siendo amigos sin que me mirase con lástima? Ahora le restaba nada más que las consecuencias de sus inmaduros actos. Había perdido un amigo y probablemente al amor de su vida.



Envejeció, y con toda una vida sobre sí misma, siempre se arrepintió de lo sucedido con Damián. Desde aquel día no volvió a saber nada él, salvo un rumor de que se había mudado y trasladado a otro instituto.



05/01/19

Etapa Metamórfica

Un nuevo año me abre sus puertas y la faceta que más ilusión me hace es la amplia apertura de posibilidades en torno al amor, al ser querida y querer, porque todo lo demás gira al compás de su armonioso son.

Porque el sentido de la vida sin amor, es como tu plato favorito sin sabor, sin su esencia primigenia. Cierto es que peco de ilusa, de idealista, de amar ideas que bien afirmaría Platón que vienen de su propio y particular mundo.  El mundo de las descabelladas Ideas de esta joven embelesada en la Luna de Valencia, con un simpar felino, de ojos intensos y unos tentadores bigotes, de sonrisa secreta y lengua experta en la ironía que a esta pone de buen humor. 


¿Qué es la vida sino amor? Amor por lo que haces, amor por quienes te inspiran, amor por uno mismo, amor por la vida en sí ¿Quién sería feliz en un mundo sin aspiraciones o motivaciones?

Brindemos por lo imposible, por los sueños que hoy tienen las puertas abiertas, por las palabras no natas que llenarán con ternura los días de este nuevo comienzo que es 2019. Vive, sí, pero sueña, duplica tu vivir en este plano existir.

Incierta dando pasos de recién llegada también me asusta la incertidumbre de estos primeros días del año, debido a la ancestral creencia en el destino ¿Qué me traerán los elementos que se escapan a mi control y mis posibilidades por cambiarlo? Optimismo, es el consejo.

En estas mis palabras, entre los espacios en blanco hay un ligero recado, que implica la propia creación del cambio. Ábramonos al cambio de nosotros mismos, a la renovación del ser, porque no es lo mismo cotidiano que monótono, no es lo mismo atravesar un obstáculo que quedarse estancado. 

Lo principal radica en fomentar este distinto devenir, en no volver a cercarnos en los mismos fracasos con idénticos enfoques y por lo tanto en idénticos resultados. Desautomatiza tu percepción y no serás tú el extraño, la realidad habrá mudado.